Para tratar las quemaduras solares y reducir el dolor y el malestar en la piel, se recomienda tomar baños con agua fría, beber abundante agua a lo largo del día y aplicar una crema hidratante en la zona afectada.
También es importante adoptar medidas para evitar nuevas quemaduras solares, ya que pueden empeorar el malestar y agravar la lesión existente. Para ello, se debe aplicar protector solar todos los días, evitar la exposición en las horas de mayor calor y usar sombrero o gorra, por ejemplo.
Lea también: Quemaduras: grados, tipos y cómo tratar tuasaude.com/es/quemaduraEn casos de quemaduras solares graves, en los que la piel se enrojece intensamente, aparecen ampollas o hay lesiones en varias capas de la piel, o si la persona presenta fiebre y mucho dolor, se recomienda acudir al servicio de urgencias para recibir el tratamiento adecuado. Vea cómo se realiza el tratamiento para la quemadura.

8 estrategias para aliviar la insolación
Para tratar la insolación de forma más rápida y natural se debe realizar lo siguiente:
1. Enfriar bien la piel
Este es quizá el consejo más importante para tratar una quemadura solar. Consiste en enfriar bien la piel afectada para detener el daño.
Se recomienda tomar una ducha con agua fría y dejar correr el agua sobre la zona afectada durante 10 a 15 minutos, asegurándose de que todas las capas de la piel se enfríen.
2. Ducharse con agua fría
Bañarse con agua fría, pero no helada, ayuda a aliviar el malestar provocado por la quemadura solar.
Se puede repetir esta medida cada vez que se tome un baño hasta que la piel mejore.
3. Aplicar compresas frías
Colocar compresas con agua fría sobre la quemadura también alivia el dolor y ayuda a reducir la hinchazón.
Una buena opción es utilizar infusión fría de manzanilla, ya que esta planta medicinal tiene propiedades calmantes y cicatrizantes que favorecen la recuperación de la piel.
Lea también: Té de manzanilla: para qué sirve, beneficios y cómo prepararlo tuasaude.com/es/beneficios-del-te-de-manzanilla4. Evitar productos de higiene agresivos
El uso de jabones o productos de higiene puede irritar la piel y favorecer su resequedad.
Por eso, se recomienda tomar baños solo con agua, especialmente en la zona afectada, y evitar frotar la piel.
Al secarse, lo ideal es no usar toalla en la zona quemada y dejar que la piel se seque al aire.
5. Hidratar la piel
Hidratar la piel varias veces al día, especialmente después del baño, ayuda a combatir la resequedad causada por la quemadura.
Se puede usar una crema hidratante que haya sido guardada en el refrigerador para proporcionar un efecto más refrescante.
También es recomendable utilizar cremas con ingredientes calmantes como sábila, que ayudan a aliviar el malestar.
6. Beber mucha agua
Aumentar el consumo de agua a lo largo del día es fundamental para mantener el cuerpo y la piel bien hidratados.
Esto ayuda a aliviar el malestar, prevenir la descamación y favorecer la cicatrización de la piel.
Se recomienda beber alrededor de 2 litros de agua al día, aunque esta cantidad puede variar según la edad y el peso. Vea cómo calcular tu consumo ideal de agua diario.
7. Aplicar rodajas de pepino o papa en la piel
Las rodajas frías de pepino o papa pueden ayudar a calmar la piel quemada por el sol, ya que tienen propiedades regeneradoras y refrescantes, proporcionando un alivio rápido.
8. Consumir alimentos cicatrizantes
Alimentos como leche, yogur, huevo, atún o brócoli tienen propiedades cicatrizantes que favorecen la recuperación de la piel y reducen la inflamación.
Por el contrario, alimentos ricos en azúcar o con muchos aditivos pueden dificultar la recuperación.
Por ello, seguir una alimentación rica en alimentos frescos y cicatrizantes, y evitar los ultraprocesados, es una excelente forma de nutrir el cuerpo y favorecer la cicatrización. Vea una lista más completa de alimentos con propiedades cicatrizantes.
Cómo evitar las quemaduras solares
Para prevenir las quemaduras solares, es importante seguir estas recomendaciones:
- Evitar la exposición al sol durante las horas en que es más intenso, generalmente entre las 10 a.m. y las 4 p.m.
- Aplicar protector solar todos los días con un factor mínimo de protección (FPS) 30, incluso en días nublados, y reaplicarlo siempre que sea necesario.
- Usar gorra o sombrero y gafas de sol para proteger el rostro y los ojos.
- Beber abundante agua para evitar la deshidratación.
- Mantener la piel hidratada, ya sea mojándola frecuentemente con agua o utilizando un spray hidratante, para prevenir su resequedad.
También es importante destacar que la exposición al sol debe ser moderada, ya que aumenta el riesgo de enfermedades como el cáncer de piel, especialmente en personas con piel y ojos claros.